Miembro de aquel plantel histórico del Atlético de Madrid que daría con sus huesos en la Segunda División en el verano del año 2000. Es cierto que marró un penalti en el Tartiere en la última jornada que hubiese salvado al conjunto colchonero, pero no se le puede negar que en su única temporada en el Vicente Calderón fue altamente solvente anotando un buen número de goles durante toda la temporada.