Tras destacar sobremanera en el Osasuna, el polaco Roman Kosecki ficharía por el Atlético de Madrid como recambio natural del portugués Paulo Futre. Kosecki era un futbolista veloz, muy vertical y con capacidad para el desborde, pero en ningún caso podía catalogarse como nueve puro. Se granjeó fama de “piscinero” durante su etapa en la competición española y ciertamente fue en parte víctima de la comparación con la leyenda colchonera anteriormente mencionada, pero tuvo recursos para dejar buenas tardes de fútbol y un recuerdo amable entre los aficionados.