Fue una leyenda en el Oporto y volvió para seguir siéndolo. El portugués jugó toda su vida para el equipo de los Dragones Azules exceptuando un periplo de tres años en el equipo culé. En el Barcelona fue titular hasta que se lo impidió una lesión, momento en el que el holandés Ruud Hesp se hizo con la titularidad hasta el final de esa temporada y la siguiente. En el año 1999 volvería a Portugal donde continuó hasta su retirada en 2007. Se trataba de un jugador carismático, seguramente el portero más recordado en la historia del fútbol portugués destacando sobre todo por su elasticidad, la sobriedad y la regularidad bajo palos.