Tras toda una vida en Boca Juniors, Sebastián Battaglia llegó a Villareal en el 2004 donde se encontró con multitud de compatriotas que brillaban en el conjunto castellonense. Battaglia jugaría dos campañas en el Villarreal, pero solo lo haría con intermitencia no llegando nunca a hacerse con la titularidad de forma consecutiva. El viaje del argentino sería de ida y vuelta, por lo que al cabo de este periplo retornaría a Boca donde jugaría varías temporadas más antes de colgar las botas. Se trataba de un medio de contención con capacidad para construir juego.