Si has visto jugar a Luka Modric siempre podrás decir que has visto a uno de los más grandes futbolistas que han pasado por el fútbol español. Aunque su retirada no está confirmada y ni siquiera hoy es su último partido con el Real Madrid, el estadio, su estadio Santiago Bernabéu, despide a una leyenda que lo ha ganado todo, a un jugador que es admirado por todos ya sean aliados o rivales. Mucho mérito. Y esto es sin duda por su gran capacidad para este deporte, pero también por su inmaculada trayectoria basada en una conducta intachable a lo largo de todos los años que han compuesto su carrera. ¿Y qué decir de su desempeño en lo meramente futbolístico? Pues un espectáculo constante en cada momento que ha pisado el césped: un jugador de fantástico criterio, con una capacidad táctica inmejorable, visión privilegiada, maravilloso golpeo de balón y un sinfín de cualidades que le convierten en un centrocampista total e insustituible. Tras 28 títulos y casi 600 partidos con la camiseta blanca, lejos queda ya aquel verano del 2012 en el que aterrizó en Madrid, pero eterno será su legado y su historia como jugador del Real Madrid y de la selección croata.
Luka Modric
Si has visto jugar a Luka Modric siempre podrás decir que has visto a uno de los más grandes futbolistas que han pasado por el fútbol español. Aunque su retirada no está confirmada y ni siquiera hoy es su último partido con el Real Madrid, el estadio, su estadio Santiago Bernabéu, despide a una leyenda que lo ha ganado todo, a un jugador que es admirado por todos ya sean aliados o rivales. Mucho mérito. Y esto es sin duda por su gran capacidad para este deporte, pero también por su inmaculada trayectoria basada en una conducta intachable a lo largo de todos los años que han compuesto su carrera. ¿Y qué decir de su desempeño en lo meramente futbolístico? Pues un espectáculo constante en cada momento que ha pisado el césped: un jugador de fantástico criterio, con una capacidad táctica inmejorable, visión privilegiada, maravilloso golpeo de balón y un sinfín de cualidades que le convierten en un centrocampista total e insustituible. Tras 28 títulos y casi 600 partidos con la camiseta blanca, lejos queda ya aquel verano del 2012 en el que aterrizó en Madrid, pero eterno será su legado y su historia como jugador del Real Madrid y de la selección croata.